Caja Rural de Teruel consiguió terminar 2017 con un beneficio neto de 466.000 euros a pesar de desarrollar su actividad en un entorno bancario complejo y en una provincia cuya situación es poco halagüeña debido a la continua pérdida de población y al cierre de negocios.
Caja Rural de Teruel pudo mantener los márgenes por encima de los 40 millones, destinar 16 a gastos de explotación y 23 a saneamientos por activos dañados y generar un beneficio neto de 466.000 euros.
El balance se incrementó en 105 millones al pasar de 1.431 a 1.537 en 2017, lo que supone un 7.35€más. Los créditos, crecieron un 3.17% y los depósitos un 11.5€. De esta forma, el total de los recursos de cliente (capital, fondos, pensiones, bolsa,…) se situó en 1.508 millones frente a los1.347 de un año antes, con un aumento “espectacular” del 12%.
Los recursos propios pasaron de 119 millones a 112 millones como consecuencia de haber tenido que destinar 6 a la constitución de un Mecanismo Institucional de Protección (MIP) de las cajas rurales. No obstante, la cifra ha crecido en los primeros meses del año hasta 123 millones, por encima del porcentaje requerido por el Banco de España.
Caja Rural de Teruel maneja un tercio del negocio bancario en la provincia dado que pertenece a la entidad 38% de las oficinas y de los créditos y el 27% de los depósitos.
Fuente: Diario de Teruel: 30/05/18